El mundo está urbanizándose a un paso nunca antes visto. en unos años, la población viviendo en ciudades se habrá duplicado. A este paso se vuelve crucial preguntarnos si
el modelo de ciudad, o de modelo de vivienda podrá sobrevivir esta prueba. La respuesta corta, es: no.
No podemos seguir construyendo islas. No podemos seguir construyendo muros que aislen a unos seres humanos de otros. Saber optimizar el tiempo y la capacidad de establecer relaciones y funcionar conectada, colaborativamente, se han convertido en las principales herramientas de desarrollo en las ciudades modernas. Una nueva ola de ciudades que son un ecosistema, interconectado, No una serie de edificios construidos uno al lado del otro.
REM es el viento que provoca esta ola. Un complejo habitacional que entiende que un diseño que levanta muros, que separa espacios, que no trae a la ciudad adentro de la comunidad y lleva la comunidad hacia la ciudad, está destinado al fracaso, y sus habitantes con ella.
La realidad. La nueva realidad. La única realidad es que las ciudades deben convertirse en ciudades hechas de comunidades. Proyectos conectados o abiertos a la conexión. Ser parte del vecindario. No apartarse de él. Seres que colaboran, que trabajan juntos, son más propensos a avanzar como individuos, como sociedades y finalmente más propensos a triunfar juntos.